
Cooperativa Multiactiva SAN LUIS GONZAGA

AMBROSIO ALFÍNGER
GÉNESIS DE CHINACOTA
Guido Pérez Arévalo
Miembro de Número de la Academia de Historia de Norte de Santander
Trabajo presentado a la Academia de Historia del Norte de Santander en la
Sesión Solemne del 6 de mayo de 2002.
"Génesis de Chinácota", hace parte de un proyecto de mayor alcance que pretende ofrecer un nuevo aporte a la historia municipal. Importantes obras, con las fuentes primigenias del Archivo General de la Nación, han venido en nuestro auxilio.
Tomado de


El nombre de Alfínger está ligado a la historia de Chinácota de manera irremediable y definitiva. Su arribo a los dominios Chitareros, según creen algunos investigadores, en febrero de 1533, marcó un hito en la historia de la región. Diversas circunstancias lo han convertido en una figura familiar. Su muerte, en primer lugar, se constituyó en un suceso extraordinario: era el Gobernador de Coro, Venezuela. El lugar donde fue alcanzado por una flecha chitarera ha sido durante muchos años un punto de referencia para visitantes y escritores de todos los tiempos. Se identifica como "El Callejón de Cuellar" o el "Valle de Micer Ambrosio". Fray Pedro Simón, autor de "Noticias Historiales", dice que el alemán murió en este "Valle de Chinácota, seis o siete leguas de la ciudad de Pamplona, cerca de cuya sepultura he estado.1/
Enrique Otero D'Costa, autor de Cronicón Solariego, conocido como uno de los mejores biógrafos de Alfínger dice: "en una permanencia de cerca de dos meses que hicimos en aquella comarca (año novecientos, como oficial en el ejército de la revolución) procuramos averiguar noticias del famoso valle de Ambrosio y todo lo que alcanzamos a saber fue que, según tradición que se conserva allí desde tiempo inmemorial, Alfínger había sido sepultado en un sitio llamado El Callejón o Boca del Callejón".2/
Su nombre ha calado en la memoria popular con tal fuerza que algunos escritores lo sugieren como fundador de Chinácota y, otros, como personaje de primera magnitud. Oviedo y Baños, autor de la Historia de la Conquista y Población de la Provincia de Venezuela dice que "se ha hecho al Dalfinger el cargo de no haber fundado población alguna en el curso de sus correrías".3/
Nada se sabe del nacimiento de Alfínger. No se conocen detalles de su infancia. En mil quinientos veintiocho estaba ya establecido en Santo Domingo desempeñando el puesto de factor o apoderado de los Welsers de Augsburgo. Era comerciante o mercader.
El Gobernador de Coro, Pérez de Tolosa, informó en carta escrita en el año de mil quinientos cuarenta y ocho, dirigida al Emperador. "Es así, muy alto y muy poderoso Señor, que en el año de la Encarnación de Nuestro Señor de mil quinientos veintinueve, llegó al puerto de la ciudad de Coro, Ambrosio Alfínger, alemán, con Provisiones de S. M. para ser Gobernador por nombramiento de Enrique Inguer y Gerónimo Sayler...". 4/
Allí estaba cuando decidió salir con 40 jinetes y 130 peones, el 9 de junio de 1531 hacia el Valle de Upar. En su penoso camino encontró las tribus de los chiriguanás, los camyuras y los pacabuyes.5/
Dice la crónica que Alfinger, ubicado en Pauxoto, urgido de refuerzos y temeroso de perder el oro recaudado en su expedición hasta las tierras del Cacique Tamalameque, decidió despachar al capitán Íñigo de Vascuña con la preciosa carga, acompañado de 24 hombres.
Los expedicionarios se extraviaron durante el regreso, porque pretendieron ganar tiempo siguiendo la serranía hacia el Sur y terminaron sus días en las depresiones de los valles de Ocaña. Las dificultades de la selva y la falta de provisiones los obligó a enterrar el oro en algún lugar de su ruta, y finalmente desaparecieron.
Francisco Martín confió su suerte a un tronco que le sirvió de improvisada balsa y se dejó llevar por el río hasta los ranchos de unos indios que lo incorporaron a su tribu. El Cacique le dio por mujer a una de sus hijas y le entregó las funciones de curandero. 6/
Incorporado a la expedición, después de la muerte de Alfínger, Francisco Martín, único sobreviviente de la tragedia, contó los padecimientos de sus compañeros: Acosados por el hambre, consumieron al principio palmitos amargos; más tarde dispusieron de las carnes de un perro y finalmente saciaron su apetito con los cuerpos de los indios pacabuyes, compañeros de su travesía. Entonces, empezaron a mirarse con desconfianza ante la inminencia del turno fatal y se fue, cada uno por su lado, hasta que la selva cobró de manera irremediable sus cuerpos maltrechos. El tesoro sigue escondido en algún lugar de nuestra geografía. Sólo Dios sabe en dónde se encuentra.
Alfínger, ignorando lo ocurrido y cansado del silencio de sus expedicionarios decidió regresar a Coro. Salió de las selvas del Magdalena el 5 de octubre de 1532 y llegó a tierras chitareras en 1532 ó 33. Una mañana quiso explorar el lugar donde se encontraba y fue asaltado por un grupo de indios Chitareros. Cuando los compañeros de expedición llegaron en su auxilio ya era tarde porque una flecha se había alojado en su cuello. Tres días más tarde murió
Juan de Castellanos, dice que sus soldados le lloraron sentidamente y le dieron cristiana sepultura. En la corteza de un árbol que sombreaba la tumba, grabaron el siguiente epitafio:
"En Alfínger fue nacido, / una ciudad de Alemania; / tierra bárbara y extraña / tiene su cuerpo escondido / en medio desta montaña.
Muerto de crueles manos, / de los placeres humanos / no llevó mayor placer / que morir donde ha de ser / habitación de cristianos". 7/
Fuentes bibliográficas:
1. Fray Pedro Simón, Noticias Historiales de las Conquistas de Tierra Firme en la Indias Occidentales, Biblioteca Banco Popular, Volumen 103, 1981, pag. 208.
2. Enrique Otero D'Costa, Cronicón Solariego, Cámara de Comercio, Bucaramanga, 1972, p.414.
3. Ibid., p.432.
4. Ibid., p.375.
5. Ibid., p.384.
6. Luis Eduardo Páez Courvel, Primer Libro de Actas del Cabildo de la Ciudad de Pamplona en la Nueva Granada, 1552 - 15561, Volumen LXXXII, Biblioteca de Historia Nacional P.386.
7. Enrique Otero D'Costa, op. Cit., pp. 412-14.